Sobre madurez
Madurar no es fácil…
No se madura simplemente con desearlo. Se tiene que trabajar día a día por ir dejando atrás gradualmente esos aspectos de nuestro ser que sabemos, nos han impedido seguir adelante y evolucionar como seres humanos.
Sí, las experiencias dolorosas nos hacen ver al mundo de forma distinta, pero nuestro conocimiento es el que nos dice cuál es la mejor manera de trabajar con esos sentimientos dolorosos, para que ya no nos sigan haciendo tanto daño.
Nadie madura al mismo tiempo que otra persona. Cada ser humano es único e irrepetible, y como tal, vive sus procesos de forma distinta a los demás. La maduración emocional es un proceso que se puede tomar en una vida entera y aun así, no está garantizado que todos los individuos la alcancen.
Hay muchos seres humanos que lamentablemente, no se preocupan por intentar sanar las múltiples heridas que llevan por dentro, y por ello, de forma inconsciente, se terminan enganchando en patrones tóxicos que sólo las limitan aún más. Lamentablemente, muchas personas de ese tipo sólo se preocupan por cambiar cuando la vida les da un golpe duro.
Es una creencia errónea que la madurez está relacionada con el volverte muy serio, con el ya no disfrutar de las pequeñas alegrías de la vida. Eso no tiene nada que ver. Puedes reírte y divertirte todo lo que quieras, siempre y cuando no olvides hacerte cargo de tus responsabilidades cotidianas.
Si en muchas ocasiones sientes que ya no puedes más, tómate unos minutos para respirar o aprende a organizar tus prioridades de una forma en la que no te sientas tan presionado por cumplir con ellas. Y si aún así, sientes que la vida te rebasa, no temas buscar ayuda.
El saber que hay distintos aspectos de nosotros en lo que podemos trabajar para ser mejores, es parte misma de la madurez. Empezamos a crecer desde el momento en el que dejamos de culpar a otros por las dificultades de nuestra vida y comenzamos a afrontar nuestra responsabilidad con serenidad.
No, ningún ser humano es perfecto. Y amarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean, partiendo desde esa premisa, es un punto crucial de camino hacia nuestra madurez.
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