“¿Por qué eres tan tibia?”
Y mil y una formas en las que han intentado otros que haga show barato en redes.
¿Quién soy yo en la red?
Como me han dicho algunas veces en Twitter, “No soy nadie”, o si lo deseas, puedo convertirme en una de tus blogueras favoritas, si te das el tiempo de leerme. Pero yo simplemente me considero una ciudadana normal, que tiene gusto por escribir ficción, y por compartir en redes imágenes que considero estéticamente satisfactorias. Si por el camino encuentro alguien con quien compartir memes o intercambiar risas, lo considero una ganancia.
Eso suena un poco aburrido…
¿Sabes? Tal vez lo soy, y no me da pena decirlo. Esa es una de las razones por las que prefiero escribir ficción o poesía, que volverme una “influencer”, que lo único que tenga que aportarle al mundo es mostrar cuando va al baño o qué talla de sostén utiliza. Lo sé, eso va en contra de las tendencias marcadas por muchos creadores de contenido jóvenes… y la verdad, no me importa.
Aun así, podrías entrar en la controversia, opinando sobre temas candentes
Lo sé, y de hecho, muchas veces lo hago en redes, pero muchos opinan que carezco de la saña que hace que tuits cargados de odio, y escritos desde las entrañas, se hagan virales. Pero ese nunca ha sido mi objetivo. Si mi trabajo no habla por sí mismo, prefiero esforzarme más en él, que volverme una caricatura barata de líder de opinión, como muchos que existen en las redes y creen que aportan algo a la sociedad por lanzar vulgaridades sin argumentos.
Los argumentos no importan, el show barato da likes.
¿Y crees que no sé que muchos de los autodenominados influencers (sobre todo muchos de los que crean contenido relacionado con política), se hacen virales a base de expresarse de la forma más vulgar y violenta posible, generando así polémica barata? Obviamente lo sé, pero ver el tipo de reacciones que generan, no me hace respetar su trabajo, solo porque reciban muchos comentarios (que son, la mayoría de las veces de personas insultándolos)
¡En esta época cualquier tonto opina!¡Anímate!
Y pensar que quien me dijo eso pensó que no me iba a dar cuenta de que me estaba ofendiendo… En fín… Esa es la razón principal por la que prefiero pensarlo mil veces antes de soltar una opinión en redes. Reaccionar desde las entrañas, en mi opinión, es una de las razones que tiene al mundo lleno de odio y vuelto una sucursal del infierno. Ya nadie escucha, solo reaccionan por instinto cuales criaturas salvajes. Francamente, esa no es la forma en la que yo me formé. Yo he colaborado con algunas plataformas para escritores, ya extintas algunas de ellas. En las mismas, los editores siempre nos exigían una de dos: fundamentar las afirmaciones que expresáramos en nuestros artículos, o expresar nuestra opinión de forma no agresiva para el lector, firme pero sin vulgaridades… Así como casi ya no se hace hoy en día. Pero eso es lo que aprendí.
Así no te amará jamás…
Una de las razones más frívolas por las que me han atacado, es por mi número de seguidores. Me han dicho que “es preocupante”, que no tenga cierto nivel de alcance en redes. Me han dicho, que les gustaría que colaborara con ellos, pero que no pueden hacerlo con “personas como yo”, a menos de que tengan más de 100 mil seguidores en todas las redes, porque de otra forma “bajaría su nivel”. E incluso alguien me dijo, que no podría pensar en mí como interés romántico, porque necesitaba a una influencer con poca ropa a su lado para que él pudiera hacerse viral y reactivar su carrera. Lo entiendo. Ellos están en su derecho de pensar así y yo tengo el derecho de no entrar a ese juego.
¿Entonces les tienes envidia a esos que viven de hacer show?
No, esa es simplemente otra forma de sobrevivir. Cada quién elige darse a conocer en el mundo de la manera en la que más le plazca y más acorde a su forma de ser. Francamente, siendo una persona de naturaleza introvertida, nunca me vi haciendo carrera en medios de comunicación. Bien por aquellos que si sienten pasión por pararse frente a una cámara o micrófono a diario, pero que los elogie no quiere decir que mi sueño sea dedicarme a lo mismo que ellos. El mundo es amplio y diverso. Jamás lo olvides, lector.
Ya nadie lee…
Irónicamente, este es el argumento más usado por aquellos que tratan de convencerme de que lo único que me queda es una exhibicionista de redes que solo sepa gritar sin fundamentos. Si tú crees que la única forma de aportar algo en redes es, literalmente, hacer lo que medio mundo hace, entonces, tal vez, deberías replantearte tus argumentos. En la era del video, escribir sigue siendo una forma de resistencia.
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