¿Lo harías?
¿Te atreverías, en verdad?
Si yo, en este instante, te dijera que el calor de tu piel es lo único que me hace tener valor para seguir adelante un día más, ¿qué harías?
Me pregunto si tal vez me ignorarías, en un tonto afán de negar le a tu corazón lo que en verdad sientes por mí. Después de todo, sé que estás acostumbrado a ver al amor como un simple juego de niños. Después de todo, para ti el amor no significa nada si no puedes poseer a tu pareja como si se tratara de un simple objeto. Ya sé que en el amor no siempre obtienes lo que das, pero amarte a ti, a momentos, es parecido a amar una piedra en medio del desierto.
Sin embargo, te pido que escuches atentamente, que te adentres en los rincones de tu alma y sientas mis palabras. No estoy aquí para jugar juegos de seducción o satisfacer un capricho pasajero. Mi corazón anhela algo más profundo, algo auténtico y verdadero.
Quizás no estés acostumbrado a esta clase de amor, al amor que trasciende las posesiones y las superficialidades. Pero te aseguro que hay un mundo más allá de las apariencias, donde el amor florece en su forma más pura. En este lugar, no se trata de posesión ni de conquista, sino de entrega mutua y respeto incondicional.
Comprende que amarte, a veces, puede ser un desafío. Tus acciones y actitudes desafiantes pueden ser como espinas en el sendero de nuestro amor. Pero incluso en medio del desierto más árido, una pequeña flor puede florecer si le das la atención y el cuidado que merece.
No te pido que cambies de la noche a la mañana, ni que abandones tus viejas creencias. Solo te pido que reflexiones sobre el verdadero significado del amor. Permítele a tu corazón abrirse a la posibilidad de una conexión profunda y significativa, donde la posesión se transforme en apoyo mutuo y el juego se convierta en compromiso.
No deseo que me ames como a una piedra olvidada en el desierto. Deseo que me ames como a un oasis en medio de tu propia aridez, como un remanso de paz en medio de tus tormentas internas. Quiero que comprendas que el amor verdadero no se trata de posesiones efímeras, sino de la capacidad de amar y ser amado incondicionalmente.
Así que, si el calor de mi piel y la fuerza de mi amor te hacen reflexionar, te invito a que te adentres en este viaje de autodescubrimiento. Déjame mostrarte un amor que trasciende los juegos infantiles y los caprichos superficiales. Permíteme compartir contigo un amor que nutre y fortalece nuestras almas, un amor que nos libera de la soledad del desierto.
En última instancia, la elección está en tus manos. Puedes seguir aferrado a tus viejas formas de ver el amor, o puedes atreverte a explorar un camino nuevo y emocionante. Recuerda, amar no es un juego de posesión, sino un acto de entrega y vulnerabilidad.
Si quieres apoyarme, por favor, considera unirte a Medium